La mirada de
una mujer refleja su propia imperfección.
Los
dedos adquieren una forma terrorífica, como si estuvieran a punto de asesinar a
alguien, y los ojos son cuchillos sobre la blancura del papel. Lleva el cabello
corto y una camisa abierta que no termina por mostrar la redondez de los senos.
Los labios abiertos le dan una atmósfera incierta a todo. Atrás cuelgan algunos
cuadros.
¡Cuánta
muerte puede haber en una sola foto!
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