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el noviembre 06, 2017

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LOS MUERTOS TAMBIÉN ENFERMAN DE AMOR

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ELIGE UN NÚMERO

Una voz que no es nuestra también puede matarnos. Mi corazón es un ataúd con cenizas de pájaros ciegos Soy un Raskolnikov que nunca alcanzará la expiación. Mis ojos se asemejan a los crepúsculos de verano. Nuestro chat de whatsapp parece un cuento de Franz Kakfa. Todas las ciudades son hermosas vistas desde lejos. Lo siento, no vi llegar al meteorito que prometió destruirnos. Despertar con el aleteo de un efecto mariposa. La muerte es la verdadera crítica literaria. ¿Por qué los viajes siempre son tristes? ¿Los monstruos también sufren por amor? Soy neblina entre tus ojos. El barro también puede formar corazones rotos. ¿Será cierto que la tristeza viene del espacio? Todos los corazones terminan por romperse, incluso hasta el de los pájaros. Los cables eléctricos sujetan nuestros brazos para no aprender a volar. He visto todos los infiernos posibles en tu rostro. La locura

LOS PÁJAROS

Nosotros somos como los pájaros, siempre nos encontramos en constantes desplazamientos buscando espacios donde sentirnos cómodos. Ellos reúnen desperdicios para hacer sus nidos en las partes más altas de los árboles y les dan formas curiosas. Hacen un gran esfuerzo para poder estabilizarse, sin embargo, al pasar el tiempo, los nidos siempre terminan por caer. Nosotros también juntamos desperdicios, no ramas ni objetos inutilizables, sino que nos posesionamos de amores abandonados, de emociones que ya han dejado de sentir, de historias que no nos corresponden, pero que a fin de cuentas las hacemos nuestras, olvidando que otros son los verdaderos protagonistas. Tarde o temprano, nuestras ilusiones también caerán y servirán para que alguien más quiera construir algo. De todo esto nadie puede escapar.

EL LOCO DEL TAROT

Los libros son como las cartas del tarot. Algunas son terrenales; otras, empíreas. Algunas te causan sensaciones negativas y pecaminosas; otras desean que seas un eterno viajero, quizás un peregrino de la muerte que busca la luz. Si hay una que podría representar al lector, esta sería la carta del loco, quien, perdido, desordenado y enfermo, pero con una energía divina, prosigue en su camino hacia el mundo. Todos los caminos son sus caminos. Y para un lector, todos los libros son sus libros. Leer es un eterno viaje hacia la memoria y el olvido. Es una revelación, una búsqueda, un acto de amor, aunque enamorarse siempre es triste. En mi huida y peregrinación como lector, también han aparecido ciertos arcanos que, como fuerzas inconscientes, han sabido guiarme en esta forma de autodescubrimiento. Y estos arcanos, algunos mayores, otros menores, supieron hablarme de Cheever, Rimbaud, Baudelaire, Juan Ojeda, Mishima, Salinger, Pynchon, Anne Porter, Joyce Carol Oates, David Foster Wall

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Joe Guzmán R.