HISTORIAS

Todos estamos obligados a contar una historia en algún momento de nuestras vidas, en quedar vacíos sin sentir algún grado de culpabilidad o de rencor. Poco importa si somos el antihéroe de una persona, lo primordial es no dejar de contar y buscar pretextos para justificar lo irremediable. Por ello es muy importante recordar ciertos espacios en donde quedaron desperdigados pedazos de nosotros, algún  parque, alguna calle, no lo sé, lugares que no dejarán de pertenecernos pese a que nunca más      volveremos a ir.

La certeza de un hallazgo del pasado nos vuelve muy vulnerables. Hay un punto crucial en el que dejamos de ser nosotros mismos para convertirnos en lo que otros quisieron y en lo que pretendieron hacer con nuestros sueños y debilidades. Nunca debemos olvidar que una voz que no es nuestra también puede hacernos sentir solos como tristes animales de invierno que no saben a dónde ir.


Todos estamos obligados a contar una historia, pero una que sea real, así duela y nos haga sufrir. Es lo mejor. Cenizas sobre cenizas. Historias sobre historias. Dolor sobre dolor.

 

En el pasado siempre hay alguien que aún sangra.

Eso es lo peor de todo.



Comentarios