EL LOCO DEL TAROT

Los libros son como las cartas del tarot. Algunas son terrenales; otras, empíreas. Algunas te causan sensaciones negativas y pecaminosas; otras desean que seas un eterno viajero, quizás un peregrino de la muerte que busca la luz. 

Si hay una que podría representar al lector, esta sería la carta del loco, quien, perdido, desordenado y enfermo, pero con una energía divina, prosigue en su camino hacia el mundo. Todos los caminos son sus caminos. Y para un lector, todos los libros son sus libros. Leer es un eterno viaje hacia la memoria y el olvido. Es una revelación, una búsqueda, un acto de amor, aunque enamorarse siempre es triste.

En mi huida y peregrinación como lector, también han aparecido ciertos arcanos que, como fuerzas inconscientes, han sabido guiarme en esta forma de autodescubrimiento. Y estos arcanos, algunos mayores, otros menores, supieron hablarme de Cheever, Rimbaud, Baudelaire, Juan Ojeda, Mishima, Salinger, Pynchon, Anne Porter, Joyce Carol Oates, David Foster Wallace, Martín Adán, Ginsberg, Faulkner, Julien Green, Sylvia Plath, Borges, Beckett, entre otros, cuando la inseguridad y la baja autoestima marcaba mi adolescencia.

Gracias por ello.





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